Sworn To Secrecy — Muestra

Página 6 / 10


dejemos por el momento aparte la compra de la sábana por la familia real francesa.
Esto se trata más adelante en este libro). Como el cardenal se encontraba ante un
dilema que excedía su competencia, optó por un término medio al decidir que la
sábana volvería a ser honrada con reverencia, pero como un recordatorio del
sufrimiento de Cristo (un icono), y no como objeto de culto (una reliquia). Esta
decisión se mantiene hasta hoy por el Papa: la sábana es una imagen del sufrimiento
de Cristo, no una imagen como prueba de su resurrección. Sea como fuere, una vez
superados los litigios, la posesión y la propiedad pasaron a la viuda de
de Charny y a su hijo, Geoffroi II, cuyos descendientes la transmitieron a la
Casa de Saboya.
Como la cuestión de la autenticidad seguía sin resolverse, el
Shroud of Turin Research Project (STURP) llevó a cabo en octubre de 1978 un
examen científico en profundidad de la sábana en cuestión, utilizando los
instrumentos y equipos más avanzados del mundo. Los miembros del equipo de
investigación fueron seleccionados únicamente por sus competencias, no por su
convicción o fe religiosa, y el objetivo del estudio era determinar cómo se formó la
imagen en la sábana. Los principales hallazgos del equipo, citados en el informe
final de STURP de 1981, concluyeron que la imagen de la sábana es la de un
hombre real, torturado y crucificado, en estado de rigor mortis, cuya imagen
codifica información tridimensional única, tanto en el anverso como en el reverso.
El informe añadió que ningún método físico, químico, médico o biológico pudo
explicar de forma adecuada la formación de la imagen.
El examen microquímico de las fibras del lino de la sábana no halló
evidencia de pigmentos, pintura, tintes ni manchas que indicaran que la sábana
fuera una obra artística.
Sin embargo, la evidencia procedente de la datación por radiocarbono,
realizada en 1988, fechó la sábana, con un 95 por ciento de confianza, entre 1260 y
1390 d. C. Los resultados se difundieron por todo el mundo con gran bombo y
platillo y se calificó la sábana de ingeniosa falsificación del siglo XIV. Esto fue a
pesar de las conclusiones previas de STURP y de la duda razonable acerca de si las
muestras para la datación, recortadas de la sábana, formaban realmente parte del
lino original: podrían haber estado contaminadas por reparaciones de la sábana en
las que se utilizaron otros materiales para re tejer un área dañada cerca del borde
del paño. Se sabe que tales reparaciones se llevaron a cabo, especialmente tras los
daños ocasionados por el incendio.
Estas cuestiones están en el centro de la controversia que hasta el día de hoy